Manuel Rivera Morales nació en el pueblo de Trujillo Alto el 14 de mayo del año 1923. Fueron sus padres doña Jesusa Morales y don Ignacio Rivera, quienes además procrearon otros cuatros hijos en su matrimonio. Rivera Morales fue el menor de todos sus hermanos. El Olímpico como también se le conocía en el mundo de los deportes fue un padre ejemplar para sus cinco hijos: Manuel, Edgardo, Lianabel, Félix y María Teresa.
Sus estudios primarios los realizó en las escuelas públicas del pueblo de Trujillo Alto. En el año1946 regreso del servicio militar y decidió estudiar comercio y arte dramático en el Puerto Rico School of Commerce en el pueblo de Río Piedras.
En el año 1948 al terminar sus estudios comenzó a laborar pasando lista a los obreros en la construcción de la Carretera 851 del Barrio La Gloria y en la Antigua Industria Algodonera. También, formó parte de la Compañía de Teatro La Farándula Bohemia que dirigían en esa época Ramón Rivera “Diplo” y José Luis Torregrosa, dos glorias de la radio y la televisión puertorriqueña. Además, fungió como apuntador y actor de teatro.
Es en el año 1950 cuando comienza a trabajar como publicista y locutor de la Emisora Radio WRIO que Rivera Morales se relaciona con el mundo de la radio puertorriqueña de entonces. Ante la ausencia de un narrador deportivo y el bajo presupuesto, es que Rivera Morales se ofrece voluntariamente para narrar los juegos de baloncesto entre los equipos de Trujillo Alto y la WYCA de San Juan, convirtiéndose así en el pionero de las narraciones de juegos de baloncesto en Puerto Rico.
En su trayectoria como locutor de eventos deportivos acompañó a nuestro equipo nacional de baloncesto a un gran número de competencias internacionales tales como: juegos panamericanos y mundiales de baloncesto. Fungió como narrador en las olimpiadas de Roma 1960, Tokio 1964, México 1968, Munich, Alemania 1972 y Montreal 1976.
Manuel Rivera Morales en su tiempo fue reconocido internacionalmente por la emotividad que le imprimía a las narraciones de los juegos de baloncesto donde acuñó frases ya conocidas en ese deporte como: “apúntenlo”, “wonderful”, “manos arriba”, “ayúdalos divina pastora”, “yo lo conozco”, “este juego está apto para cardíacos”, “son de goma”, “falla” y “ahí va”.
Otra faceta muy importantes de su vida, en la que demostró ser una persona culta, ingeniosa y creativa, es su desempeño como maestro de ceremonias en todo tipo de actividades. También, fue declamador, comentarista hípico y publicista, donde acuñó frases que todavía perduran en la memora del pueblo puertorriqueño como “Falelo el que hizo hablar la muda”. Esta faceta de publicista le permitió darle una gran ayuda al pequeño comercio de Río Piedras que no podía pagar las agencias de publicidad por su alto costo.
Este insigne trujillano “Mr. Apúntelo” como también se le conocía es posiblemente uno de los puertorriqueños que más reconocimientos locales e internacionales recogió en su vida. Recibió reconocimientos de la Asamblea Municipal de su pueblo y de la Asamblea Legislativa de Puerto Rico. En 1964, en Japón recibió la medalla como el mejor y más dramático narrador de juegos de baloncesto del mundo. En el año 1970 recibió el premio Codazos como mejor narrador del mundo. También, en el año 1972 fue elevado al pabellón del deporte puertorriqueño. En el año 1997 el Departamento de Recreación y Deportes mediante proclama le reconoció sus aportaciones a la difusión del baloncesto y el patinaje sobre hielo. En el año 1992 el Comité Olímpico de Puerto Rico le confirió la medalla olímpica. También, en 1998 la liga de baloncesto superior le dedicó ese año. Además, El gobierno de Puerto Rico designó un tramo de la Carretera 181 como Expreso Manuel Rivera Morales. Su fallecimiento fue el día 24 de mayo de 2000.
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